Ahora veo
Aunque es ciega y le cuesta entender la ambientación y los movimientos de los personajes en el escenario, a Débora Kendrick le encanta asistir a los musicales de Broadway. Sin embargo, hace poco, asistió a una obra que usaba la nueva tecnología D-Scriptive, que transmite los elementos visuales de la representación en escena a través de un pequeño receptor de FM. La narración grabada, coordinada con las luces y los sonidos del tablero de control, describe la escena y la acción a medida que se desarrolla. En un artículo del periódico The Columbus Dispatch, Débora declaró: «Si me preguntan si vi un espectáculo la semana pasada en Nueva York, mi respuesta es que sí… De manera genuina e inequívoca, siento que vi el espectáculo».
El engaño mata
«¡Oh, que telaraña tan enredada tejemos,
cuando primero practicamos el engaño!» —Sir Walter Scott, Marmion
Una antigua canción dice, «Josué presenta la batalla de Jericó», pero no conozco canción alguna que menciona que Acán empañó la victoria por medio de su engaño Justo antes de que los israelitas entraran a Jericó, Josué les advirtió que no tomaran botín alguno porque…
Bien hecho, David
En el funeral de David Schumm, elogiamos el optimismo, la perseverancia y la fe de un hombre que había padecido una grave parálisis cerebral. Durante sus 74 años de vida, las simples actividades cotidianas le habían requerido un gran esfuerzo. A pesar de todo, él seguía sonriendo y ayudando a otros, y dedicó más de 23.000 horas como voluntario en un hospital y aconsejó a jóvenes en situación de riesgo.
Viendo a Jesús
Me encantan los escritos de C. S. Lewis debido a su capacidad para expresar la verdad bíblica de maneras vívidas e imaginativas. En el libro El Príncipe Caspian, una de sus Crónicas de Narnia, una niña llamada Lucy ve al gran león Aslan, pero no puede convencer a su hermana y a sus dos hermanos de ello. En vez de…
Letra chica
En un artículo del Wall Street Journal, Missy Sullivan señaló que muchos de los contratos, garantías y descargos que acompañan a los productos son casi ilegibles. Impresos intencionalmente en letra muy pequeña, procuran que los usuarios no los entiendan. Por esta razón, muchas personas no leen las cláusulas de los contratos antes de firmarlos. Un profesor universitario de comunicación gráfica mostró un contrato con el usuario, de 32 páginas, que venía con su nuevo teléfono inteligente, y declaró sobre la compañía: «No quieren que nadie lo lea».
Grito de triunfo
Hace poco, leí sobre Aron Ralston, un excursionista que quedó atrapado solo en el fondo de un remoto cañón. Con escasas posibilidades de que lo encontraran y casi sin fuerzas, tuvo que tomar medidas drásticas para sobrevivir. En un momento de dolor insoportable, dio un grito agónico y de triunfo, ya que se había liberado y tendría la posibilidad de escapar y seguir viviendo.
Y era ya de noche
Durante un viaje de negocios, asistí a una reunión el jueves por la noche, durante Semana Santa; un culto de Comunión y Tinieblas, en una pequeña capilla iluminada con velas. Después de participar del pan y de la copa, se leyó en voz alta un pasaje del Evangelio de Juan, se apagó una vela y cantamos una estrofa de un himno sobre el recorrido de Jesús hacia la cruz. Esto se repitió catorce veces, hasta que la capilla quedó totalmente a oscuras. En silencio, nos arrodillamos para orar, y después, salimos uno tras otro sin hablar.
¿No eres un ganador?
Abrí una caja de mentas para el aliento y fui recibido con estas palabras impresas en negrita dentro de la cubierta: No has ganado. Vuelve a intentarlo.
Bueno, muy bien. Gracias por compartirlo. Si fuera un ganador no necesitaría una menta para el aliento, no es cierto? ¿Acaso eso me hace un perdedor? ¿Acaso mis inseguridades se muestran aquí? ¿Acaso…
El dueño de mis labios
La diferencia entre el elogio y la adulación suele ser la motivación. Un elogio aprecia de manera genuina una cualidad o una acción de otra persona, mientras que el objetivo de la adulación es, habitualmente, aprovechar la situación al ganarse el favor de otra persona. Los elogios buscan animar; la adulación, manipular.
Riquezas del alma
Con la esperanza de ganar un premio récord de 640.000.000 de dólares, los norteamericanos gastaron unos 1.500.000.000 para comprar billetes de lotería para un sorteo interestatal a principios de 2012. Las posibilidades de ganar eran la sombrosa cantidad de 1 en 176.000.000, pero la gente formaba fila en los supermercados, las gasolineras y las cafeterías para comprar una chance de enriquecerse. Algo en nuestro interior nos hace pensar que el dinero resolverá los problemas y mejorará nuestra vida.